Un feminicidio ha vuelto a conmocionar al pueblo argentino, que ahora llora con rabia la muerte de Irma Ferreyra da Rocha, una mujer de 47 años y madre de siete hijos, que falleció el pasado sábado tras haber sufrido un brutal ataque y haber sido violada. La Policía detuvo el lunes a A. E., de 27 años, como presunto autor del crimen, un hombre que llevaba meses manteniendo una relación sentimental con la víctima.
Un vecino de la localidad de Villa Bonita alertó a la Policía tras encontrar a una mujer moribunda, pidiendo auxilio, en una carretera secundaria. «Tenía los pantalones por la rodilla y una rama hendida 30 centímetros por vía anal”, ha dicho la policía. Irma agonizó durante horas antes de morir. Su hermana, Mabel da Rocha relató las últimas horas de su hermana, las que pasó hospitalizada: «Gritaba como un animal de dolor. Eso no se me va a ir nunca […] Tenía sangre en la cara, toda golpeada. Le dije ‘Irma te amo, poné fuerza’. Ella me dijo ‘no puedo más».
Hace tiempo que la sociedad argentina, especialmente las mujeres, se ha levantado contra los incesantes feminicidios que ocurren en el país. En Argentina, una mujer es asesinada cada 30 horas por violencia machista. La iniciativa #NiUnaMenos ha llenado tanto las redes sociales como las calles. El crimen atroz de la joven Lucía Pérez fue el detonante de una ola incontenible de rabia, que se tradujo en una masiva manifestación en la capital porteña. Hace tan sólo unos días, el país volvía a vivir la misma conmoción tras el ataque sufrido por una niña de 14 años, que fue drogada y brutalmente violada tras ser engañada por una amiga. El caso de Irma Ferreyra da Rocha puede ser tan sólo uno de tantos, pero refuerza las reivindicaciones que piden acción contra el feminicidio de una vez por todas.