El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha reconocido que dimitirá si surgen grandes protestas de mujeres en su contra. El anuncio se ha producido después de que el líder filipino protagonizara una polémica el pasado domingo, cuando durante un acto público en Seúl besó a una joven contra su voluntad. «Si suficientes mujeres (…) firman una petición para que renuncie, lo haré», ha asegurado el mandatario tras regresar a su país.
Durante una visita oficial a Corea del Sur, en un evento celebrado en la capital, Duterte llamó a dos mujeres al escenario con la excusa de regalarles un libro. A una de ellas la besó en la mejilla y a la otra le reclamó como contraprestación un beso en los labios. Ella se negó, alegando estar casada, pero él insistió y finalmente la besó, ante el aplauso del público. El comportamiento del presidente ha sido calificado de machista y de abuso de poder, y ha recibido las críticas de varios ciudadanos y organizaciones feministas filipinas.
«Ser una mujer, a ojos de Duterte, es ser un trozo de carne, un objeto de deseo, una conquista sexual; nunca una ciudadana en igualdad de condiciones en la vida política», ha criticado en su cuenta de Twitter la socióloga filipina Nicole Curato. Por su parte, el presidente ha calificado el contacto como «puro espectáculo» y ha asegurado que es parte de su «estilo» de hacer política, según ha publicado el portal de noticias Rappler. «Durante los días en los que hacía campaña por la alcaldía de Davao besaba a todas las mujeres en los labios«, ha señalado sobre sí mismo Duterte, que antes de asumir la presidencia del Gobierno estuvo al mando de la mayor ciudad del sur de Filipinas durante más de 20 años.
El presidente filipino, de quien el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, ha dicho que necesita «un examen psiquiátrico«, es mujeriego confeso y se le conoce por sus habituales discursos fuera de tono. Ya ha sido objeto de polémica anteriormente en numerosas ocasiones por hacer comentarios sexistas, misóginos o despectivos hacia las mujeres. En febrero de este año, por ejemplo, instó a los militares a disparar en la vagina de las guerrilleras comunistas para impedir que tengan descendencia, informa Efe.